La vida empieza con una inspiración y desde ese instante nos acompaña en todo momento. Así, con cuanta mayor consciencia respiremos mayor calidad tendremos para disfrutarla. Las sesiones que comparto comienzan siempre respirando, volviendo a lo esencial, para empezar a movernos de una manera diferente, más consciente, más vital, más tranquila.
Mi primer contacto con el yoga fue desde la mente, leyendo unos apuntes que cayeron en mis manos. Más tarde me di cuenta que si no lo experimentaba en el cuerpo la práctica se queda en eso, palabras. Y con el tiempo llegué a lo básico, a los más vital...empecé a moverme desde la respiración, desde el aliento de vida. En ese momento y tras años sobre la esterilla, el yoga pasó a formar parte de cada instante, especialmente de los de fuera de la esterilla, haciendo de este caminar por la vida una aventura muuuucho más enriquecedora y eficiente, serena y tranquila.
Cada rincón de esta shala (casa) está literalmente regada con el sudor de nuestra frente y con el esfuerzo de nuestras almas. Hace ya 12 años que nos juntamos para dar forma a un sentimiento que nos movía, el de generar espacios y momentos de belleza y conexión en el mundo, y así nació Namaste, referente en Bilbao en el mundo del yoga.